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Duchas, congeladores y bebidas frías son tus amigos.
- abre la puerta de la habitación
Para que una habitación se enfríe, hace falta que circule el aire. Por eso, antes de acostarte, abre la puerta de tu dormitorio. También puedes encender un ventilador. Así el aire se mantendrá en movimiento y evitarás que se acumule el sudor.
- No comas alimentos pesados
Lo que comemos durante el día también afecta a la calidad de nuestro sueño. Por eso, en los días especialmente calurosos, es mejor no comer en exceso y elegir alimentos ligeros para que el cuerpo no tenga que digerir lo que ha comido y producir energía extra.
- Guarda las sábanas o la funda nórdica en el congelador
Una toalla, una botella de agua y, en el caso de los niños, un peluche también sirven. La idea es enfriar el lugar donde vas a dormir. Por ejemplo, moja ligeramente una sábana o funda nórdica, escúrrela y métela un rato en el congelador. El tejido debe estar fresco y ligeramente húmedo, pero no tanto como para mojar el colchón.
- Date una ducha fría
Para dormir bien es necesario bajar la temperatura central del cuerpo. Para ello, date una ducha o un baño largos y fríos. De paso, también te desharás del sudor y la grasa del día, lo que permitirá que tu piel respire mejor.
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